Equilibrio, inteligencia, valor, obediencia fidelidad absoluta son características esenciales del Pastor alemán, que lo convierten en un perro de gran versatilidad, apto para realizar rápidos aprendizajes. El propietario mismo puede, por lo tanto, adiestrar perfectamente a su perro frecuentando tal vez, algún curso colectivo organizado por la sociedad especializada en el mantenimiento de esta raza. Durante las fases de adiestramiento, podrá notarse con gran satisfacción, la facilidad para el aprendizaje y el "placer para el trabajo" de esta. Es preciso no emplear nunca rudeza o brutalidad sino firmeza y convicción, comenzando con los ejercicios de obediencia para proseguir después con los otros (ataque, defensa, rastro, etc.), gradualmente, a medida que el perro crece. Si no se dispone de espacios suficientemente amplios, es necesario que el perro realice largos paseos periódicos, porque un ejercicio semejante garantiza un perfecto desarrollo corporal y muscular y ayuda al buen adiestramiento. Si se cría, se educa, y adiestra correctamente, el Pastor alemán se convierte en un perro que siempre va a causar asombro. Son realmente incontables los conocimientos que logra aprender para mejor servir a su amo y amigo con el cual llega a establecer una relación de perfecta simbiosis que durará por toda la vida del perro. A este propósito, basta con recordar los sucesos-de los cuales ocasionalmente hablan los periódicos-de pastores alemanes que se han dejado morir de hambre sobre la tumba de sus amos o de perros que abandonados lejos de su casa-por propietarios desconsiderados-han recorrido enormes distancias hasta encontrar el camino que los condujera a aquéllas demostrando, de este modo, un excepcional sentido de la orientación y gran afecto y fidelidad incluso, al peor de los amos.